Google va a por todas

Google va a por todas

Proteger Android. Es lo que explica que Google, creadora y propietaria del sistema operativo más utilizado hoy en los teléfonos móviles inteligentes, tenga el estómago para engullir la división de móviles de Motorola, un gigante de las telecomunicaciones que a comienzos de año se partió en dos para sobrevivir en la nueva realidad tecnológica. Una compra de 12.500 millones de dólares, pagados en efectivo, que casará dos eras en la industria para competir con Apple y ser en la telefonía móvil lo que Microsoft es para el ordenador personal: la fuerza dominante.

Hubo un tiempo no muy lejano en el que Google y Apple eran aliadas frente al poderío de Microsoft. Hasta que la computadora saltó al móvil y dio comienzo la última revolución electrónica. La relación de fuerzas dio tal vuelco que el fabricante de Windows se asoció con su eterna rival para repartirse las patentes de la quebrada Nortel.

El objetivo era dejar atrás a la plataforma Android, de Google. Es aquí, en la arena de los derechos intelectuales, donde se libra la batalla entre Google y Apple. Valga como ejemplo el bloqueo temporal que logró la empresa creadora del iPhone y el iPad a la venta en Europa de la última tableta de Samsung, que funciona con Android. La compañía surcoreana es socia de Google, como HTC, LG y Motorola.

Las espadas están en alto desde hace cuatro años, pero la batalla se ha intensificado en los últimos meses. El sistema Android fue lanzado a final de 2007, unos meses después del iPhone. Para preservar su supremacía en Internet y llevarla al teléfono móvil, Google apostó por trabajar con varios fabricantes y modelos a la vez. Apple, por el contrario, puso toda la carga en el iPhone y es, además, la única que fabrica con el sistema operativo iOS.

Los otros actores juegan en varias ligas. HTC y Samsung venden modelos con plataformas Android y Windows Mobile. Motorola se fijó desde el principio en Google. Nokia, por su parte, usa el Symbian, aunque tiene todas sus esperanzas puestas en el modelo que a final de año lanzará con Microsoft. HP anunció esta semana su renuncia al sistema webOS que adquirió con la compra de Palm, para incorporar Android. Research In Motion, fabricante de Blackberry, también tiene su propio sistema operativo, que recientemente abrió a Android.

El mercado de los llamados teléfonos inteligentes está creciendo a un ritmo del 73% anual, según la consultora Canalys. Google, la puntocom más poderosa en Internet, es desde final de 2010 también el actor principal en el negocio: 150 millones de artilugios funcionan con su plataforma en todo el mundo. La mitad de los casi 108 millones de dispositivos vendidos en el segundo trimestre llevaban el símbolo del robot verde.

Android es el sistema líder en 35 países y tiene una cuota de mercado global que se acerca al 50%. Y no solo es la plataforma más popular: es la que más tira de todo el negocio. Creció un 379% ese trimestre si se compara con 2010. El iOS de Apple se llevó el 19% de las ventas, por delante del Symbian. Mientras que Research In Motion (RIM) cae al 12%.

Google también es líder en EE UU, donde controlaba hasta junio el 39% del mercado, según Nielsen. La plataforma operativa de Apple le sigue en el segundo lugar, con el 28%. Pero los artilugios que diseñan en Cupertino (donde tiene su sede Apple) crecen más rápido que los de Mountain View (la de Google). Se vio tras el éxito del lanzamiento del iPhone en Verizon Wireless, la mayor operadora de telefonía móvil de EE UU, que puso en evidencia la vulnerabilidad de Android en un mercado cada vez más concentrado en dos plataformas.

El iPhone es, sin embargo, el modelo de móvil interactivo más popular en EE UU y en el mundo. Es una demostración del éxito de la compañía que dirige Steve Jobs. Y los expertos de Canalys anticipan que con la próxima generación se posicionará para crecer aún más. Por eso no es casual que Larry Page, consejero delegado de Google, usara la palabra «sobrealimentar» para referirse a la compra estratégica de Motorola, que incluye 17.000 patentes.

Como señalan desde Strategy Analytics, tanto Apple como Samsung son ahora los principales vendedores de teléfonos inteligentes, con Nokia en el tercer lugar. La surcoreana creció un 520% en un año, lo que le permite tener el 17% de las ventas globales gracias a la popularidad del modelo Galaxy, que usa Android. Sin embargo, Apple no solo es la que más vende por volumen, también es la que genera más ingresos y beneficios.

A Google le faltaba, por tanto, una pieza para lanzarse en firme al negocio de la computación celular, donde ya intentó penetrar con el modelo Nexus One de la mano de HTC. Tras la compra de Motorola Mobility, Google controlará la fabricación del dispositivo y los programas que les dan vida, como hace Apple con el iPhone y iOS. Es decir, podrá crear teléfonos con las especificaciones técnicas que ella misma decida, para que se ajusten al máximo al sistema operativo Android.

Aunque la maniobra tiene su lógica, sobre todo al ver la cartera de patentes de Motorola Mobility, la compra no deja de ser una sorpresa. Los Motorola están considerados como aparatos mediocres cuando se comparan con sus rivales de Apple, HTC o Samsung. Microsoft también podría haberse interesado en comprar la empresa. Pero el gigante fundado por Bill Gates no ha tenido precisamente éxito con el lanzamiento de sus propios productos electrónicos, y la adquisición de Motorola Mobility habría minado su alianza con Nokia.

La operación, como indican los expertos de Piper Jaffray, es algo que Google necesitaba para proteger Android de las batallas legales con Oracle, Microsoft y Apple. Las tres compañías atacan por ese flanco para limitar su crecimiento y capacidad de innovación. «Aunque la compra no va a acelerar la curva de adopción de Android, sí es algo que podía permitirse y que le hará crecer», remachan.

Google está generando unos 6.000 millones de dólares en efectivo al año, por lo que la compra de Motorola no tendrá un impacto material en sus resultados. La maniobra defensiva es una lógica que comparten en Bank of America, cuyos especialistas recuerdan que los costes de los litigios por propiedad intelectual no paran de crecer conforme el uso de Internet se va desplazando hacia el móvil.

La gran pregunta es si los dispositivos de Motorola recibirán un trato preferente de Google. Larry Page dejó claro que esa división será gestionada como una empresa separada y que la maniobra estratégica favorecerá a todos los actores del ecosistema Android, desde los fabricantes de accesorios hasta los programadores de aplicaciones.

Pero por muchas garantías que dé Google de que Android seguirá siendo una plataforma abierta, la jugada va a agitar el mercado. Y la ambición es clara, como acaba de demostrar con el lanzamiento de Google Plus para competir en las redes sociales con Facebook y restar influencia a Twitter. Google es a la vez una compañía de medios, de telecomunicaciones y, ahora, de dispositivos móviles.

Es quizá una maniobra para competir con Apple. Pero en la arena tecnológica, Google ve a todos como rivales. Y aquí llega la incógnita a corto plazo: el examen de los reguladores en EE UU y Europa, que ya tienen bajo lupa a Google por el dominio aplastante de la publicidad electrónica. También examinan si trata de evitar que los fabricantes de móviles usen otras plataformas.

Pero la cuestión con la compra de Motorola es determinar si es buena para el consumidor y no limita su capacidad de elegir. Los analistas precisan en este punto que Google no tiene en mente sacar al mercado un iPhone killer, sino modificar la jerarquía del negocio de la computación móvil. Como señalan desde ABI Research, quiere convertirse en el Microsoft del universo sin cable, como Windows lo es en el PC.

La fortaleza de patente que Motorola fue adquiriendo a lo largo de los años es clave para lograr ese objetivo. Por eso no creen que Page vaya a faltar a su palabra de proteger todo el ecosistema. Y Motorola, uno de los primeros fabricantes de móviles del mundo, le servirá de banco de pruebas para las nuevas funciones de Android.

Ningún teléfono Android es más popular por sí solo que el iPhone. Es la garantía de futuro que tiene Apple, que además lleva una amplia ventaja sobre el resto de fabricantes en las tabletas. Los analistas ven por eso en el mercado móvil una situación muy similar a la vivida en los PC. Apple tendría una participación pequeña y estable en la gama alta, mientras que Google tendrá dispositivos a todos los niveles de funcionalidad y precios.

Lo que está por ver es qué pasará con otros actores. Microsoft podría verse avocada a aceptar que no puede competir en el espacio móvil, algo que llevan negando desde hace años a pesar de sus rotundos fracasos. Y esta puede ser también la puerta de salida para RIM, que está viendo desde la irrupción del iPhone en el mundo de la empresa cómo su cuota de mercado cae en picado.

La firma canadiense podría tener un destino similar a la de Palm, tras ser adquirida hace un año por HP. De hecho, uno de los efectos potenciales de la compra de Motorola Mobility podría ser una mayor consolidación en la industria. Por tanto, tampoco hay que perder de vista los movimientos estratégicos en los que pudieran embarcarse Samsung, HTC, LG y la china ZTE, si optan por ser menos dependiente de Android.

Y ahora… la televisión
Motorola fue apilando durante sus ocho décadas de existencia un verdadero arsenal de patentes clave para la comunicación celular. Ahora esas patentes pueden ayudar a funcionar -en un entramado sin cables- a los distintos dispositivos electrónicos que inundan el salón de los hogares de medio mundo. Esta es, de hecho, la tercera pata que explicaría y justificaría la compra de la empresa por parte de Google.

En la presentación de la operación a los analistas de Wall Street, Larry Page, consejero delegado del gigante de Internet, hizo un comentario sobre este asunto que no pasó desapercibido por el entusiasmo que mostró. Esas patentes van desde la emisión y recepción de señales inalámbricas, la compresión y descompresión de datos y la seguridad en las comunicaciones.

Motorola podría tener, por tanto, la llave para dar el impulso que necesita el proyecto Google TV. De momento, se trata de un negocio más bien marginal en la puntocom, y los primeros pasos dados en este terreno no están siendo muy alentadores. Pero con la ampliación de ese negocio, Google podrá potenciar su aplastante dominio de la publicidad electrónica.

Google TV pretende dar al usuario pleno acceso a Internet desde el sofá a través de televisores, consolas o decodificadores. Pero el alto coste de los productos y su compleja estructura técnica están siendo un freno. Además, para tener éxito necesita sumar las grandes cadenas de televisión que le faciliten los contenidos. En este negocio, de nuevo Apple aparece como rival.

Motorola, además de las patentes, cuenta con estrechos lazos en la industria, especialmente entre los operadores de televisión a la carta, que a partir de ahora podrían empezar a ver a Google más como un socio que como un rival. Es, de hecho, uno de sus tres principales proveedores. Ello abriría la puerta a una mayor integración y expansión de su sistema operativo en televisiones y decodificadores.


Fuente: El País

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